domingo, 31 de mayo de 2009

Delirios llamados Nipones



-Dejenme ver si entendí... no podemos meter cámaras fotograficas al evento pero ¿Si celulares?

-Es por cuestiones de seguridad, por ello de los flashes y las luces de enfoque...

-Claro, y las camaras que vienen en los nuevos celulares no tienen nada de eso... Si, ustedes son todo unos genios.

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No creo que exista una buena introducción para esto, así que iremos directamente a las deducciónes sombrerinescas sobre un evento llamado Concierto de Yumi Matsuzawa y Kita Shuhei:

1. Es curiosa, hasta asombrosa, la energía que el público friki mexicano le tiene a la música de un japones adentrado en el mundo del Anime.

Creo que ví mas entusiasmo y pasión del público esta noche que con Pablo Milanés... o cuando el concierto de Sabina y Serrat. Joder.

2. Creo que hasta los mismos cantautores japoneses estuvieron conscientes de lo anterior ya mencionado ya que se lucían con la interacción espectador-músico.

Creo que debe ser obvio ya que sus paisanos son un monton de rígidos sin emociones que no le aplauden ni al arroz.

3. No entiendo como es que los otakus y los fanaticos del J-Pop se quejan de la musica pop en inglés o del que está en su mismo idioma, incluso no se como es que se quejan de la electronica... lo que yo escuché esta noche es la misma estupidés.

Entre dientes, con los mismos ritmos, escuché Heroe de Enrique Iglesias y Alucinado, de Tizano Ferro. Irónico.

4. Estuve toda la noche esperando a que entrara el mariachi con sus trompetas, violines, guitarras y agudos-graves vocerrones. No solo como un capricho, sino por el hecho de que siendo la clausura del Festival de Mayo con Japón como país invitado, era necesaria una recopilación de musica suya con la nuestra.

Creo que hubiera sido sublime escuchar a estos nipones arrancarse al ritmo de "Aaaaaay Jalisco no te rajes..." Aunque sea en japones.

5. Y yo no entiendo a los otakus... las mujeres se mueren por un andrógino de cabellos psicodelicos y los hombres por mujeres vestidas de niñas.

Todos son unos enfermos... aunque agradesco el hecho de que Yumi, cada vez que salia a escena, parecia subirse cada vez mas la falda amarilla. Magnifique.

6. Yo tenía miedo de que de repente, en uno de esos arrebatos de calentura japonesa (de esos raros, morbosos, locochones), los dos tipos que estaban sobre el escenario hicieran alguna cochinada.

Seré prejuicioso, pero he visto demasiados comerciales nipones, demasiados programas de concurso japones y observado detenidamente toda su pornografía como para tener miedo. Truly.

En fin, una noche por demás surrealista, pero gracias por la buena Kalimocha del camarada Abraham y la visita nocturna de una madrugadora avecilla creo que dormiré bien.

Salud.

PD: Próximamente: Todo el mundo va al bar de Abraham.

jueves, 28 de mayo de 2009

Coliseo (quizá mas bien circo romano) II


-En estos momentos estoy con todo el caos que es la tesis universitaria y no creo poder cumplir como funcionario de casilla.

-Mas bien creo que no quieres hacerlo. Sabes que es una obligacion ¿verdad?

-¿En serio? Que curioso, yo estaba realmente seguro de que era mas bien un derecho...

-Si... bueno... es un deber cívico... es como en tu casa... tus padres deben darte algunas reglas que debes seguir.

-Si, a veces... no es como si también yo las cumpliera, asi que no es el mejor ejemplo.

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Uno quiere ser un buen ciudadano y mentirle a las autoridades para su propio bien moral, para darles el gusto de sentir que han cumplido con su misión... y bueno, se ofenden.

Por eso es que no puedo ser un buen sujeto, me obligan a ser un bastardo arrogante.

Que va, es lo bueno de haber firmado con cuatro distintos modelos de letra en sus comunicados.

Salud.

PD: Este es solo el segundo episodio de la trilogía Coliseo Político. Pueden leerse el primero aquí:

Coliseo (quizá mas bien circo romano) I

miércoles, 27 de mayo de 2009

De antiquísimos y aludes


Justo en la última curva de mi clandestino y rutinario recorrido se encuentra un pequeño mundo de colores azules, blancos y rojos arrojado a la altura de dos palmerillas. Está un poco abandonado, pero es porque debe competir con mundos minimalistas, de figuras oníricas casi extintas, para sobrevivir en esta urbe.

Allá afuera no importa, una barbería es el lugar perfecto para conversar con los de antaño y tener un buen corte de cabello, a navaja y tijera (y un poco de Gardel o La Sonora Santanera ambientando la fachada, cuando todo debería ser así de fácil).

Soy un romanticista del clasicismo (irónica afirmación, quizá hasta absurda), ahora que veo el triste local antes de bajar reconosco esta actitud controvertida.

Y no es que sea yo un anticuado, pero creo firmemente en los mundos trascendentales que ya han pasado y que no se llaman ahora. A pesar de que a estas alturas ya me hayan regañado por lo mismo, lo que es una carcajada del viejo español, una caída en el suelo ante la necesidad de hacermelo notar; y una quemadura tierna de cigarro que me recuerda a una mujer de distancias inimaginables. Hasta mitológicas.

Sin embargo, a pesar de ello, es díficil pensar en un Hoy cuando lo mejor es lo que ha existido.

Prefiero los eternos clásicos internacionales de la literatura antes de los borrachos modernos llamados auto-ayuda y promoción publicitaria. No entiendo el competir de Allende ante la fuerza brutal del dramatismo italiano, fachado a la antigua. Ni los perros que exigen lagrimas y evitan lo que es mas importante en la lectura: no exigirlas, regalarlas, hacerlas monógamas.

Y la música, oh, la música.

Me gusta mas escuchar a Joaquín Sabina, a Carlos Gardel, Checkfield, AC/DC, a Los centenarios Rolling Stones, Led Zeppellin, Creedence Clearwater Revival y una colección infinita del jazz mas añejado en la cosecha de este mi chateau (Miles Davis, Dave Brubeck, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, John Coltrane, Louis Armstrong, Frank Sinatra, etcétera...) a tener que soportar los modernos ritmos hipocondriacos, hasta limitados, que se aprovechan de la ingenuidad de la juventud impresionable para vender y seguir vendiendo.

Que va, hasta para la poca música de hoy que me agrada, por mas obsesivo que pueda sonar, les prefiero en un tiempo pasado que en el presente (y ahí esta Coldplay cuyos discos siempre serán mejores entre mas empolvados se encuentren).

Y es que soy mediatico en ese aspecto, hasta un loco enamorado de los viejos tiempos. Soy de preferir, cobardemente, minutos antes de escribir estas letras a cuando estoy escribiendo estas otras.

Demasiado insano, hasta ofensivo, diría yo.

Pero tengo razón, y lo saben, que es lo peor, cuando afirmo que los viejos tiempos fueron los mas bellos, los mas simples, los mas encantadores.

Sucumbirle un baile en ese smoking negro a la dama que te acompaña bella en su vestido asentuado rojo. Respetar el código de honor a evitar un ataque por la espalda de quien sea, como fuera, que mas da. Buscar el conocimiento más allá de pedirlo por las causas egolatras, sino por la necesidad monstruosa y hasta sexual de saber más, de conocer más, de aguantar más.

Y si, ya lo he dicho... regalarle la mas hermosa de las flores a la mujer acongojada en sonrojarse y que esta sepa rozar con sus labios el borde de la envidiable vegetal humana.

Besarle sutilmente la frontera de los petalos para decirte: Si, te amo.

Ahora solo hace falta voltear a ver a la izquierda en el camión para escuchar el juego sadico y masoquista, cada vez mas evidente, de una sociedad melodramatica, exagerada, fatalista, arruinada por la necesidad de sufrir y hacer sufrir, solo para no morir de aburrimiento sobre el sofá mientras ven terminarse la telenovela de las once...

Si, los viejos tiempos, los que sean, siempre serán los mejores. Aun cuando sea el que me haya pasado escribiendo esto o el tiempo que se tomen para leerselo completo.

Salud.

PD: Mando al Diablo a quien me compita lo contrario. Es mi Delirium Tremens, despues de todo.

lunes, 25 de mayo de 2009

Ron y me importa un carajo



-¿Y que hago, Paco? ¿Que puedo esperar ahora, puta madre, de mañana?

-Muchacho... escuchame bien... el ayer, ya es pasado... el hoy, es lo que importa... y el mañana no existe todavía.

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La conversación mas interesante y asombrosa que he tenido en mi vida.

Si, la canción es bastante manipulable para aquella que me está leyendo, pero no me importa, porque como dice el personaje de Isaac Asimov: "El amor no es justo."

Algo demasiado para Beatriz, que mas da.

Salud.

sábado, 23 de mayo de 2009

Anoche se llamaba Milanés



Algo de lo que pude escuchar anoche en la Plaza de las Américas a la voz y el caracter cubano de Pablo Milanés en concierto...

No es de mi favorito, pero hay tres o cuatro canciones que puedo tolerarle sin esperar a jugar ruleta rusa con pan y vino. E ironicamente, aunque el video es de otro concierto, el espectaculo, las luces, la musica y la voz eran practicamente lo mismo.

Quizá solo variaba el color de su camisa.

Era azul.

En fin.

Paco me contaba anoche la diferencia entre sensibilidad y el caracter impúdico y meloso de sus paisanas.

Ya estaba bastante borracho, seguramente.

En otras noticias, empezamos "Yo también detesto a Bogart", esperando como siempre que supere al cuento que le antecedió, el cual en este entonces es "Vals de tres versos para Valentina".

Salud.

miércoles, 20 de mayo de 2009

[ 1/100 ] Y la interminable busqueda de un trabajo...


La ironía del asunto no está en que esta sea la entrada cien y cumplamos un año con el blog encendido.

Tampoco lo es que, para el mismo caso que sucedió exactamente hace un año, me haya ido de pinta a darme una vuelta por los andadores de café y bar (aunque esta vez fuera inconscientemente, arrastrado por la idea de no saber en donde demonios tengo la cabeza).

Ni siquiera es irónico que a las mismas horas de la mañana hubiese estado en el mismo local de hace un año, esta vez deseando tener el dinero suficiente para volverme a sentar a un café, cigarros y el periodico de hoy (aunque sea dificil relajarse con este, ahora todos andan algo demasiado zombies y las noticias de primer mundo son un sueño lejano).

No, lo verdaderamente irónico de todo el caso es sentarse a leer a María, de Jorge Isaacs y desear que esta vez, por quinceabo turno de lectura ya de la misma, no hubiera tragedia en la verdadera belleza.

Yo que era ese animal de la arrogancia y la auto-destrucción.

En fin, caminar por las calles en busca de empleo (si, porque ahora estoy hechizado por la idea del dinero... para variar) pensaba en la necesidad, nuevamente, de buscar un hogar propio, lejos de los ojos metiches o los prejuicios constantes.

Ademas de que un escritor necesita su pieza de confinamiento solitario, de beber a las once de la mañana y fumarse quince cajetillas al dia pensando en como continuar la frase: "Hacia mucho tiempo que pensaba en la Flaca como una figura totémica..."

En menos de un año, es la idea, largarme de aquí a buscarle ojos a mis letras. A buscar otros alcoholes y sabores, auto-destruirme en formas extranjeras o sencillamente fuereñas, ajenas.

Por ahora el plan solo requiere seguir caminando. Entrar de vez en cuando a un Ristorante, o a un Aggio, y esperar junto al telefono como si fueran a darme malas noticias.

Seguimos con los dias grises, alloviznados y a la incertidumbre de no poder dormir como es debido por culpa de romperme la cabeza.

Y si el tiempo bastante londines me lo permite, tomarle la palabra y reflexionar en lo que ha sucedido, sobretodo el del bien común, no mío, de arreglar un mundo llamado Pangea.

Un año y que sigan llegando las desventuras.

Salud.

domingo, 17 de mayo de 2009

Imaginando la reunificacion de Pangea


La noche anterior a esta en la que escribo, despues de un arrebato que hace mucho tiempo no sufría, me hice el turista a visitar las olvidadas tierras de mi viejo Andador 20 de Noviembre, a divertirme entre los cientos de animales sociologicos cumpliendo cada uno una mision en especial.

Pero son tierras hostiles donde la Visa de entrada es una botella de Ron añejo y el pasaporte una entera caja de cigarrillos (de la marca que sea, es una tierra para nada quisquillosa).

Yo iba solo a tratar el néctar de olvidarme del caos mental en el que estaba. Y durante un rato todo pareció funcionar... algo de siete cigarrillos enseguida, unos tragos al licor y A la orilla de la chimenea impartida por el trovador de las Ramblas... Froilan.

Y fue curioso, porque por primera vez la gente me pareció hasta inteligente, porque no. Por primera vez algunos u otros no fueron los idiotas de costumbre, acostumbrados a la ineptutud de su religion para decir por fin alguna buena cita.

Cuando me vi ya entonces demasiado ansioso de desaparecerme esa idea me retiré hasta una isla donde pude encontrarme en la barra a Paco.

El marinero español de sangre gallega y piel mexicana.

¡Que gusto por fin brindar a su lado! Hace tanto tiempo que su vieja silueta no se dejaba ver en las tierras perdidas. Y que sano aunque escupa sangre, y que sobrio aunque beba vino.

Entonces hablamos, hablamos de mujeres. Las de aquí, las de allá, de las que uno no deberia enamorarse y de las cuales otras tampoco. Y entonces Marina, oh, Marina, y que mucho mejor tatuarse el nombre de tu hija que el de un amor. Que no duran, que los hijos, que no se cambian, que va, joder, me cago en Dios.

Al despedirme del viejo lobo de mar, recordando alguna fecha para unos tragos y seguir pensando en mujeres, la noche enseguida fue una combinacion de conversaciones idiotas, musica simplona y menos, menos tabaco.

Ah, esperar a que todo el mundo cierre, que nostalgia. Seguir bebiendo sobre la capota del auto de Abraham y cuidar de la rosa blanca que le compré a Beatriz, aunque no estuviera tomada de mi mano, ni me hubiera soportado el estado o que ni me hubiera besado la frente mientras me acurrucaba con un café al unisono de Violet Hill.

Maldita sea Coldplay.

Salud.

viernes, 15 de mayo de 2009

Crónicas de un fracasado


Yo ya no le escribo versos y sonatas a mujeres de las cual enamorarse.

No es que sea yo un misógino arrogante, pero considero que ser un literato y estár enamorado es ser un asesino, razón obvia por la cual estoy seguro se rompieron a pedazos los besos a Patricia o los sueños despiertos de Victoria.

Aún no le encuentro una explicación lógica para tal fenómeno, pero tengo algunas teorías que me dicen que escribir pensando en aquella o la otra, a su tiempo, arrebata toda esa obsesion y amorío y la tatua sobre el papel.

Algo demasiado vampírico, se podría decir. Algo demasiado sangre negra derramarse en el blanco y alimentarse del constante A Patricia, A Victoria, A ella...

Es una maldición, seguramente. Una que otra forma de buscar humillarme en un insulto (porque tengo de esceptico lo que tengo de literato, por lo que creo que la fantasía me tiene un rencorsillo hecho escupitajo en el rostro) por los miles de corazones rotos.

Míos, tuyos, nuestros.

Sin embargo, escribirle a una mujer puede ser la mejor manera de salvarla, ahora lo sé. Escribirle a una mujer es poner todo el corazón bucanero a bordo, al naufragio, a que llege a sus manos y ese amor, y esa obsesion, y ese mensaje en la botella del mar a la mar, que sea el unico literato enamorado que ha sido asesinado.

Es mejor para ella que lo diga.

Es un salvavidas que este mensaje tenga su nombre.

Salud.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Ensayo sobre la lucidez


Ha sido esta una semana muy poco lúcida, si debo darle algún contexto mas humano.

Entre la contingencia sanitaria, las reuniones de la Banda y una jovencita de terriblemente bella sonrisa, me sorprende no estar mas bien tirado en una cama, alucinandolo todo a causa de la Influenza humana (que sigo escribiendolo con mayúscula ¿a que se deberá?)

Yo de cuarentenas ya no quiero hablar, estoy algo cansado y hasta cierto punto asqueado. Demasiadas ideas de conspiración, apocalipsis y temperaturas mayores de los 39°...

La Banda no hay nada mas que decir que lo usual. Alcohol, tabaco y mucho rock & roll, aunque el beber de anoche me supo distinto, tenía un sabor a alegría estúpida que no pude vomitarlo en el retrete.

En fin.

Las mujeres le hacen mucho daño a mi salud. Tan sólo en estos dias ya he perdido seis kilos y he fumado como padre primerizo en la sala de espera.

Que puedo decir, de cierta, extraña y muy morbosa forma estoy feliz (algo así como una felicidad retorcida a pedazos).

Carajo ¿A donde quedó mi fracaso?

Salud.

domingo, 10 de mayo de 2009

Reflexiones del domingo en la mañana


Me gustan estas mañanas, las dominicales, son de las que gustan para cliché de periodico, café y algo de huevo con tocino (de esos desayunos gringos de los cincuenta) mientras me dejo despertar por alguna canción favorita como Piano man de Billy Joel (que irónicamente menciona una mañana en la letra de la canción, aunque sea mas bien sabatino).

Y es que debe ser por ser mas literato, porque es el dia mas híbrido de la semana. Un dia que amaneze fin y se muere inicio.

Por eso solo me gusta en la mañana.

Y el periódico parece mas cansado tambien. Las noticias son mas digeribles y elegantes, los cuentos o poemas tatuan la mayoría de los encabezados como para decirle a cada uno de los lectores que este es un dia neutral. Ni muy mandado al carajo ni muy a salvo en la trinchera.

Además, sirve para convalecerse de la embriaguez del dia anterior (aunque yo no bebo los sabados, considero que entonces sería manchar la pureza de los domingos en la mañana), es un completo amnesico.

Me gustan solos, también es algo que debo subrayar. Me gusta amanecer el domingo solo, porque entonces hay mas oportunidades de un cigarro y buenos días escurrido de la boca de algún conductor de radio.

Quizá hasta un trago de whisky matinal, solo para entrar en calor.

Lástima, es diez de mayo y hay fiesta en casa.

Mucho pastel, mucha comida pero nada de Piano man o Billy Joel.

Por lo menos no hasta que nos volvamos a embarcar al próximo híbrido.

Salud.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Un café de noche en Buenos Aires


Conociendolos debo suponer que para estas alturas ya me consideran un ser arrogante, egocentrico, amargado y alcoholico. Un déspota de la autodestrucción y la misma destrucción de los demás.

Por eso hoy voy a probarles lo contrario.

No siempre soy alcohólico (debería de darles vergüenza).

Ayer decidí salir por fin de mi confinamiento solitario gracias al miserable bloqueo de escritor que abruma a nosotros los genios desde tiempos inmemoriables.

Las calles continuaban solas, pero había ya cierta actividad de desinterés sanitario. Solo un pequeño puñado de idiotas continuaban con sus hipocondrías llevandose constantemente el cubrebocas a la cara.

Otros solo parecian tenerlo de adorno.

El centro histórico de Zapopan cambió considerablemente, teniendo en cuenta las obras ya vistas antes de las vacaciones academicas, o de todo este caos de influenzas humanas/porcinas, animales al final de cuentas.

Pero las calles vacías le dieron al café de la tarde un cierto toque romántico de melancolía agradable. La musica del lugar, ese tango estilo Gardel y la brisa del verano que se acerca, además de los cigarros consumidos, uno tras otro, me hicieron olvidar lo que alguna vez fue sentarse a tomar un café caliente.

Y como todo ferviente controvertido, las pláticas alrededor de las dos cucharadas y media de azucar le dieron el toque mas intenso a cada trago.

Charlas de siempre, de patente pendiente (como la necesidad de discutir con una estudiante de psicología, mientras el estudiante de negocios internacionales le daba otro sorbo a su exótico café de semilla hindú; si, yo también lo consideré algo demasiado homosexual) con intervalos de silencio para nada incómodos.

Hasta agradables.

Después de la despedida y los planes para el fin de semana (otra vez Banda, y otra vez whisky en las rocas) regresé a casa, para encarar la batalla final en contra de mi trabajo extraordinario.

Bueno, de que siga rompiendome la cabeza en escribir mis cuentos y en empezar mi novela sin éxito, a terminar la carpeta y evitar el repechaje académico, mejor lo último.

Aún quedan unos días de vacaciones, al final de cuentas.

Y creer que el maestro Rigo Mora ha muerto me resulta demasiado surrealista.

Por eso es que en México no hay buenos animadores, caray.

Salud.

sábado, 2 de mayo de 2009

Lo que alguna vez fue Pável (O, un héroe llamado tal para cual)


Creo que la única razon por la que sigo bebiendo constantemente es por el hecho de ser (y al mismo tiempo olvidar) Pável Medina Rodríguez otra vez, por unos minutos.

Ya para estas alturas es dificil reconocerlo, pero a veces le gusta sentirse Fenix, el muy idiota.

Y recuerdo que era un sujeto alegre y desinteresado, uno de esos altruistas idiotas que creían en la magia de la gente y lo posible de la buena voluntad. Le gustaba ayudar a los demas sin pensar en recibir algo a cambio (aunque eso del altruismo no exista y el mismo supiera eso, aunque lo reprimiera) haciendo que fuera fácil aprovecharse de él.

Era un muchacho cortés, porque no. Se la pasaba buscandole mil y un formas de hacer sonreír a una mujer, hablando de ademanes y halagos para lo que buscaba su risa.

Una droga a sus oidos, un placer ante sus ojos, eso decía el.

En ese entonces, Pável no bebía, solo le gustaba tomarse un trago con sus amigos para poder volver al tema de sus amores y la dificultad que había en ser tomado en cuenta.

Tampoco fumaba.

El pensaba en el cigarro como una forma vil y hasta hilarante del reprimido oralmente. Tenía algo de Freud aun sin conocerlo de letras o frases a doble sentido, irónico.

Era un optimista sin remedio, una de esas pequeñas criaturas enamoradas de la posibilidad de una utopía estilo Platón.

Y las mujeres ¡Esas mujeres! Aquel Pável estaba obsesionado, terriblemente enamorado, en encontrar a su ángel (así le decía a la mujer que creía llegaría y lo sacaría de su soledad).

Entonces escribía. Era como escribir en verso para hacerse de cartas. Las arrojaba al viento y esperaba a que alguna blanca de negra melena corta, o una mujer de largos rizos castaños, o el volumen de un rojo fuego de cabeza femenina, bajara del cielo, con sus alas blancas extendidas, a recibirle con un beso.

Le encantaba leerse una de esas novelas graficas japonesas romanticas llamadas shojo, o leerse Noches Blancas de Dostoyevski (solo para llorar de noche, a altas horas de la madrugada), o escribir y dibujar situaciones de amor posibles para él (o imposibles, eso no importaba. Personalmente, maldigo a Ayase, de Midori no Hibi, a Lucy, de 50 firts dates, o a Nástienka, la perspicaz y linda co-protagonista de Noches Blancas, de Fiedor Dostoyevski).

Todavía pienso en él como el muchacho que le hacía el dibujo a Ethel. A esa voluble de piel morena que soñaba en liberarse. O cuando iba a Puebla solo para estar con Patty, abrazarla, hacerle sentir que estaba segura y que nadie le haría daño.

Pável tenia mucho del complejo de idiota.

Sentía la necesidad, constantemente, de enamorarse de la chica que creía mas desafortunada, para salvarla.

*Ethel y su incertidumbre, su busqueda de amor erronea.
*Patricia, la alejada poblana que escribia cartas de amor.
*Verónica y su mundo de superficialidad enmascarada.
*Ofelia, la mas callada de las cuatro.
*Janette, abandonada, indecisa.

Todo un mundo de casos sin resolver del que Pável sentía necesario ser su heroe.

Al final, eso fue lo que terminó destruyendolo.

Y bueno, si, aunque es dificil reconocerlo, aún lo hago. Me gusta sentarme las noches de fin de semana, con una botella de whisky en las manos, y pensar que a Pável aun no le han matado.

Aunque lo aborresca.

Aunque crea que era un idiota irrealista que no estaba al tanto de que había nacido en una epoca diferente.

Donde las mujeres ya no pasan las rosas regaladas por el contorno de sus labios, bajo su nariz, aprobando al caballero que se había arrodillado solo para ella.

Solo para ella.

Salud.

PD: El video le hubiera gustado a Pável. Y si no fuera porque ya no hay nombre que escribir en la pared, este muchacho moribúndo ya estaría entusiasmado por la idea de que estamos en pleno siglo XVIII.

Tristísimo.