sábado, 7 de julio de 2012

Las cosas como son


-Entonces estás de acuerdo en que deben de haber manifestaciones. Pacíficas, pero manifestaciones.

-Si, pero hay maneras, mi Pável. Hay maneras para eso.

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Durante las últimas semanas, y a riesgo de olvidarme nuevamente de la página, la situación política y social en México a ido de mal en peor.

Para los que no conozcan bien lo que está sucediendo sólo puedo decirles que tiene que ver con las elecciones presidenciales 2012 de nuestro país donde contienden (o contendían) cuatro candidatos (innombrables) para la presidencia.

No daré nombres porque no quiero convertirme en un político o en un reportero de obvias tendencias por equis partido, pero si quiero hacer hincapié en el hecho de que el país, con todo y su extraño carnaval de propaganda y cinismo televisivo, esta en un momento de transacción ayudado por la facilidad en que la información puede llegar a la gente.

El pasado domingo fueron las elecciones, y con quince minutos de conteo preliminar cayó la primera palomilla muy cerca del fuego. Momentos después cayó el segundo, esta vez tratando de arrastrar al segundo lugar de la contienda en la derrota.

Pero desvarío. La razón de esta entrada es para reconocer que la gente ya no es la misma que hace algunos años. Con los adelantos cyberneticos la población mexicana (si bien no toda, pero si su mayoría) se han revelado contra lo que parece una imposición obvia y un fraude evidente por parte del Instituto Federal Electoral, el duopolio televisivo (líderes de los medios de comunicación en el país), empresas asociadas por el bien del partido correspondiente, y el mismo partido, que con trucos y artimañas convencieron a un puñado de gente de prostituirse por 500 pesos.

Con las pruebas evidentes cayendo como agua en los tejados, los mexicanos exigen que se aclaren todas las posibles irregularidades que se cuentan una y otra vez en miles de bitácoras compartidas. Se exige que se reprenda al delito electoral, lo que el IFE a ignorado por el bien de su bolsillo.

Podría pensarse que lo invento todo. Pero tantas coincidencias cruzando la red (no así la televisión, donde han decidido minimizar la presencia de inconformidades a un espacio censurado) no pueden ser simplemente eso: una coincidencia.

Se habla de revolución.

Veo a muchos de mis compatriotas hablar de levantarse en armas y yo creo que es dramatizar el asunto. No, no considero que las armas, la sangre o la violencia lleven a algo. Pero si considero que debemos hacer escuchar la voz de un pueblo herido. Debemos hacer valer los derechos que son oprimidos por un sector superior que por seis años pueden llegar a pisotearnos.

No me considero un ignorante en la materia. Se lo que está sucediendo, me instruyo en la materia e investigo en varias partes antes de emitir un veredicto personal; condeno el fanatismo de ambas partes de esta contienda. No creo que debamos evocar a Zapata y a Villa, revolucionarios que pedían sangre, para arreglar este desmadre. Pero tampoco creo que debamos aceptar la imposición de una persona que, evidentemente, carece de toda cultura.

Un presidente analfabeta, inculto, ignorante, superficial, ambicioso, corrupto, heredero de una de las franquicias mas largas en la historia mexicana. Con una esposa de mentiras que sirve como trofeo o acto de paz entre las televisoras y el partido institucional. Como si fuera un trueque estratégico; como si no supieramos que cedieron a una mujer para pactar la alianza.

Y veo las noticias, y leo los periódicos, y no puedo creer que no puedan ser objetivos; tener los pantalones de hablar con la verdad, de informar con la verdad. ¿Acaso no es el periodista una luz que busca la verdad? Yo sólo encuentro en la red a los periodistas hablar como colegialas en celo; pensando en si su candidato es lo suficientemente guapo como para repartir cuchillo y silicón a la población que lo meresca.

Claro, en medio de esta nube oscura de ignorancia, hay varios periodistas que iluminan la verdad con objetividad. Sin ponerse de lado de nadie. No son solo un puñado, son muchos. Son gente que no son solamente mexicanos, sino paises enteros que han dado a conocer el monton de irregularidades que existen en la pasada elección.

Ha sido una larga semana. Inglaterra, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Alemania... en varios puntos de estos paises ya se hace notar una presión por parte de sus mexicanos radicados allá en contra del regimen (que seguramente será con pinceladas de dictadura) impuesto por los adinerados en el país.

Hoy, al menos, después de ya casi una semana entera de lo que pasó con el proceso electoral, se efectua una marcha colosal en toda la nación para evitar la imposición.

Y yo, por lo menos un rato, acompañaré documentando lo que mis recursos me permitan, con tal de que no se olvide que una vez, México, decidió que no quería tener monarquía como sistema de gobierno.

Los veo mañana.

Salud.

PD: Este no es sólo un Delirium Tremens, es un Delirio colectivo, real y sustentado. Compito contra los que piensen lo contrario porque es una realidad lo que sucede con este país.