jueves, 23 de julio de 2009

Buen día, te presento a la muerte


Hace un par de días el salón discutía el sueño onírico de las posibilidades de que fueran a legalizarse las armas en el país. El abogado había salido con una idiotez conservadora de ultra-derecha de realmente apoyar a la noción, mientras que los estúpidos hippies neo-liberales mantenían su postura de mandar el cartucho al carajo.

¿Que que pensaba yo en esos momentos? Nada en realidad, había dormido poco y estaba arrullandome un poco con todas sus pendejadas.

Sin embargo, ya un poco mas conciente, el tema me pareció un chiste con dos caras de moneda. Algo muy al azar que en un país tan decadente, frágil y voluble el darle un arma a toda la gente podría desatar una revolución casi inmediata. De boicots, de justicia a propia mano, de locura inmediata.

Si, el crimen organizado se pensaría dos veces más el querer secuestrar o matar a alguien. Si, no habría mas abuso policíal y si, los hombres podrán volver a sentirse hombres con una calibre .38 para compensar su escaso miembro masculino.

Pero ¡Eh! tambien sabemos que es una sociedad nerviosa, que tanto poder corrompe y que viendo a los del norte, con sus masacres estudiantiles y patriotismos exagerados que han llegado a destruir familias en un dos por tres, no podemos dudar de lo contrario.

Y eso que ellos ya llevan tiempo con sus leyes de arma pro-choice (como con el aborto, pero mas curioso).

Ni idea, ninguno de los dos lados termina por convencerme. Será que sigo pensando que somos seres violentos y agresivos, que siempre encontraremos la forma de sodomizar al contrario sin importarnos un pito lo que sientan o piensen.

Porque cuando hacemos sufrir entonces SI somos animales, y hasta lo reconocemos de formas superfluas, de formas casi instantaneas sin decir que son instantaneas. Si, lo sabemos, seguimos golpeando cegados por la furia, por la rabia, por los celos, el hambre, la supervivencia.

Darwin estaría tan orgulloso de ustedes, muchachos.

Así que no importa mucho realmente si aceptan o no la ley; siempre habrá formas diferentes de torturar y alimentarnos el fetichismo de hacer sufrir a otro. Aun habrá formas de matar aun mas crueles que las de una bala o una daga atravesada en la columna.

¿No adivinan? Se lo pierden.

Salud.

PD: Mando al Diablo a quien me compita lo contrario. Es mi Delirium Tremens, despues de todo.

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