Las intermitencias de un conejo de jueves

Pa' que tuviera algo que ver con el comic, pues.

Esa pequeña bolita gris era adorable, y podía jugar con ella. Y ahora ella juega conmigo.

Que ironías, aunque ya se que a quien mas lata da es a la novia. Lo mio es lata ocasional.

Eniwei.

Cuando el dia paresca mas oscuro, cuadrado, obtuso y desnivelado... siempre es bueno contar con la novia, un buen crucigrama en el periodico y un café acompañado de donas por la noche.

Pensaba en eso al venir a casa, pasando las nueve de la noche.

Creo que el dia, a pesar de la desgracia monumental contra mis rabietas existencialistas y laborales, mejoró considerablemente cuando fui y me di un cursillo rapido de sociedad y cultura en general con la novia.

No fue la clase en si, sino la idea de pensar que cumplí esa fantasía (sana) de un mundo donde la novia y yo habiamos ido a clases juntos y echo renegar a los maestros.

Claro, me falto eso ultimo, pero aqui la que mas perdería sería ella.

Antes a eso había comprado el periodico para desestresarme y me di el lujo de, con toda calma, deambular en huracanes de letras (en el caso del crucigrama) y numeralias (en el caso del Sudoku, del que tambien soy aficionado).

Tambien conversé con un viejo maestro del vecino de junto y nos echamos una platicada sencilla de política, academia y juventú.

Ah, que juventú.

Al finalizar, despues de un lindo apapacho de buenas noches, me desfilé a mi casa con melodías en la cabeza, el periodico en una rodilla y escuchando al viajero melódico de esa parada de autobús.

De esos que cantan al son del antiquisimo pero sin llegar a los extremos cantineros.

Entonces recapitulé. Miré hacia atrás y me di cuenta de que este dia había sido uno de los mejores. Y que, bueno... siempre habrá un dia de mañana, con el humor enfriado desde hace mas de cinco horas.

Gracias, Mon Chéri.

Te amo.

Salud.