Por fin el viernes se pudo inaugurar. Después de varias semanas de darle vueltas al asunto, de días de remodelaciones y limpias a corazón abierto, después de cuentas y retoques, este viernes se pudo inaugurar lo que es el Changos Bar.
Y ha salido todo bien, por suerte. Uno como mesero lo ve de formas un poco mas humildes, checando propinas y analizando sueldos; es de saber tolerar clientes poco frecuentes, molestas moscas de cantina, brutos homínidos que no saben como ponerle cinco pesos a una rockola.
Con lo que detesto esa porquería.
Ya que si nos ponemos ambientalistas, el ecosistema del Changos es un híbrido entre Rock, Reggae y Pop; hasta pasar a ser una boca de lobo llena de norteña, banda y corrido.
Ni siquiera rancheras, que tristeza.
Pero hay con que entretenerse, el lugar es un Piano man de Billy Joel a plenas doce de la madrugada.
Las ficheras, los italianos, los agentes de la Agencia Federal de Investigacion tomandose una cerveza junto a, quien sabe, hijo de narcotraficantes. Los fotografos sin playera, las prostitutas de la una, los clientes ya frecuentes, los de cubeta, los aburridos, las lesbianas, los homosexuales, los góticos/punks/ emos, los y las rancheras que bailan bajo la bola disco (y que hacen de los Bee Gee's una burla).
Oh si, nos ha tocado la zona mas diversa de Guadalajara.
Los horarios han quedado mas o menos establecidos, y ya checando los días de aseudo escolar... digamos que la nueva temporada de La vida moderna del Sombre se viene con todas las ganas del mundo.
O como dice Luis: ...Más con el Bar de nunca acabar.
Salud.
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