Despues de una semana parecia que las lluvias habian cedido, incluso el sol se habia echo el escandaloso y nos estaba friendo las cabezas, pero aun quedan rastros de nubes negras, alla, a la intemperie, y cada algunos dias, mas que nada por las noche, se suelta una tormentilla que nos deja sin luces. Como ocurrió ayer.
Lo bueno de estos eventos ciegos es la posibilidad de concentrarse en la lectura a vela, la resolucion del crucigrama y alguna que otra platica con la familia. Cuando muchas veces no ocurre.
El sabado murió Atila por la mañana, incluso me da por decir que yo l@ mate. No entrare en detalles, pero me encariñe tanto que me dolió a sobremanera. Ni hablar. Me siento Alf al episodio que mata a sus hormigas y les hace a cada una una pequeña tumba y epitafio.
Dejemos eso, y me vale pito si creen que mi tristeza es ilogica y vana. Mi guapa avecilla me enseño algunas cosas que muchos quisieran saber. Y todo esto solo con trinar.
Pasando a otras cosas, he podido continuar mi novela hasta un final inconcluso de capitulo I. Siento que le falta mucho, pero temo que pierda el absurdo y se vuelva reebuscado, como anteriormente me ha mencionado mi compadre Carlos a su critica. Sigo sin encontrarle un titulo, pero al menos ya he sacado mas ideas. El supuesto final aun me da duda.
Me hacen falta vacaciones, joder.
En el bar todo parece ir normal, a lo que es quiero decir. De repente se sueltan los chuvascos y me manda al diablo toda expectativa de buen trabajo. Y ya que estoy en numeros rojos eso no me viene bien. Menos si tengo que estar faltando por causas mayores (que no deberian serlo, pero no hay remedio). Terminaré vendiendo mi bicicleta, y me dan ansias.
La idea de una novia ahora parece remotamente lejano. Ya lo dijo Paco, enamorarse no es rentable si no tienes dinero con que apoyar esa inversion.
En fin, quedan 25 para los 20 y no siento la diferencia del tiempo. Ya veremos ese dia.
Salud !
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