domingo, 7 de noviembre de 2010

Sombre Vs The Universe


-Aceptalo, Pavelin, ese ambiente te persigue, hiciste un pacto con el diablo. No puedes escapar de el.

-No puede negarse el hecho de que lo intenté. Y fallé.

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Es curioso como todo el ciclo gira alrededor de las casas de huespedes momentaneos. Por mucho tiempo, despues del Changos, traté de evitar la idea incluso de volver al mundo de bares y cantinas, no volver a trabajar en ellos, quizas solo pasear por ahi a una copita, un café o cualquier pensamiento entrecruzado para amenizar la tarde.

Desde hace tiempo que he dejado de beber, al menos de forma desmedida.

Incluso habia dormido mejor, a pesar de las secuelas insomnicas del sueño eterno donde existen comandas volando bajo en algunas nubes y cocteles preparados girando alrededor de una perilla.

Me sentí mejor, busqué otros mundos, quizas unos que esten a la par pero en circunstancias un poco menos inhumanas, o menos nostalgicas.

Pero no.

Hace una semana aproximadamente dejé de laborar en la taza roja. No mas lunes de blues en aquel café de ventanas inmediatas.

Sigue siendo curioso, porque por mas que uno se ha esforzado por construirse una buena reputacion a ojos de los altos del establecimiento... no deja de arruinarse la propia persona ante el prejuicio y la desfachatez de los mismos.

Y contando los meses desde que llegué a la Ciudad de las Plumas... hasta esta semana inconclusa de propaganda y malos entendidos laborales... la opcion que mas facil me ha llegado es la de volver al mundo aquel.

Al bar, al cuenta cuentos desmedido, a la mitologia de bestias y animales epopeyicos, a la musica intermediaria, al parasito ajeno y a la tierra donde crecí, ahi, detrás de la barra.

Juarez 2109, nombre incierto del lugar.

Por fortuna el horario parece mas agradable. La paga mucho mejor y me mantendré lejos, aunque sea un poco, de los clientes desleales. No será demasiado confort, pero es algo que ya tengo experiencia en el caso.

Y no puedo dejar de pensar en El buen corazón.

Quien sabe, quizas es que aun mi instinto de literato me dice que no he sacado todo el provecho necesario de las anecdoticas leyendas del resto del mundo que llega con sed.

Quizas es que por mas que trate, no puedo dejar de ser el provedor, el filosofo de los cubos de hielo, el viejo maestro de mirar al observador y entregarle un trago a su salud.

Y a la mia.

Y a la de esa gente que cree en mi.

Salud.

4 comentarios:

Gessekai dijo...

Lo siento mucho amor, por tí y por mi ono

J.P. Medina dijo...

No hay problema, Corazón. Despues encontraré algo mejor, y encontraremos algo mejor, y diremos adiós a estas costumbres citadinas.

Ademas, no te disculpes... eres mi gran apoyo en todo.

Te amo.

Diego G dijo...

Sólo en la miseria un escritor puede ser tan genial como ud puede ser cuando sea miserable. Y en ese sentido le deseo, amigo mío, mucha miseria para que sus sueños se desplomen y con ello se cumplan.

Que su miseria no alcance a la-que-le-conté, y eso se mantenga. Para que tenga inspiración para hablar del techo, de la pared, del lado de la cama y de la rutina. Bella y asquerosa rutina.


Salud, le diría "rebienvenido", pero no estoy en ese "lado de la barra" para darme el lujo.

J.P. Medina dijo...

Gracias, Don Diego, siempre es un placer y un gusto recibir sus comentarios.

Yo tambien le deseo desgracia. No es que vaya a ser escritor, quizas si, pero igual si me hundo se viene conmigo.

Salucita y saluditos a Jessica y CO. Cuidese.