sábado, 28 de febrero de 2009

Muro de Berlín


Lo que uno siempre puede esperar cuando se va a un bar son meramente actividades basadas en el sentido comun.

El tipico rito de apareamiento del baile, la socializacion vana y obsoleta de gente que no se conoce entre si, el alcohol que desborda botellas y copas, el cigarro con su humo de patrones aleatorios, el olor intoxicante de la marihuana al segundo piso y muchos calores, sudores y olores no meramente atractivos.

Sin embargo, de vez en cuando aparecen hechos que parecer romper todo este extraño ecosistema de incomunicaciones.

Uno de los personajes emblematicos de la noche pasada debe y debió ser Marchand. Pintor urbano, extremo vagabundo, un acido viajero entre la psicodelia y el espiritismo.

Esta no es una entrada en la que le hago una reverencia. Au contraire, considero a tal sujeto bastante incompetente para una materia realista y altamente consciente (por cuestiones que yo ya he explicado). Sin embargo, de una manera superficial, su conversación me hizo reflexionar en las consecuencias de una sociedad etica y moral, influenciada por el eterno fantasma de la religion.

Despues de algunos tragos y casi una entera cajetilla de cigarros, fue mas facil explicarle a Marchand, paso a paso, la evolución de un hombre que se vio impedido de sus facultades mentales. Asi, de repente, sin previo aviso y frente a otro muro de Berlin.

El problema con el ser humano es que no considera la opcion, si quiera, de que venimos de animales y de que somos animales como tal. Somos violentos por naturaleza, sexualmente activos por naturaleza y egoistas por naturaleza.

La racionalidad influyó en esta triada anti-moralista y se puede pensar que somos enemigos de nosotros mismos. Pero ¿A que se debe exactamente?

El hombre pre-historico, aquel hominino de largo cabello y desarrollada musculatura, despues de un largo proceso evolutivo (ya se habian deshecho de la incapacidad del agua, de la inferioridad del raz del suelo, de la sangre fria, de mirar siempre hacia atras), fue ocurriendosele la idea del individualismo (la razón entró entonces por una cortina abierta y se guardó lentamente en el sistema nervioso) y de que todo lo inexplicable debia tener una explicación.

Para ese entonces, logica o no, debían encontrarle una explicación.

Fue aqui cuando todo el futuro se fue al carajo. El ser humano, bajo una quiza justificada incapacidad racional, le dio el nombre de Dios a la fuerza detrás del fuego. Dios a la fuerza detras de la lluvia. Dios a la fuerza detras de la tierra.

Y es increible pensar que desde hace mas de 12, 000 años ya habiamos jodido el futuro. Un futuro donde las inquietudes logisticas, cientificas, realistas, sufren del bloque de acero de una iglesia consumista.

El hombre crea a Dios. El hombre dice que es Dios el que nos crea. Y se nos vienen encima todas las normas y reglas que nos vuelven automatas. Reglas que estan en contra de nuestra verdadera naturaleza. De esa triada anti-moralista.

¿No somos egocentristas? No conosco una profesion, un grupo social, deportivo o cultural, ni siquiera conosco a una sola persona que sea capaz de no tratar de llamar la atención.
¿No somos violentos? Guerras y guerras nos respaldan, incluso impulsadas por la misma iglesia atraves de sus pensamientos conservadores.
¿No somos sexualmente infieles? No conosco una ciudad que no cuente la historia de un adulterio, o de hijos abandonados. De mujeres lloronas y hombres abatidos.

Y no hay porque sentirse apenados o siquiera ofendidos. Para nada, es una actitud natural que podria ser nuestra ultima oportunidad de evolucionar. Mientras mas nos demos cuenta de que somos animales y que matar, robar, ser infiel y estar de acuerdo con nuestro egocentrismo no es malo (en algunos casos, como robar y matar, solo es estupido si no hay una justificacion de por medio. Robar para sobrevivir, no por obtener material inutil, por ejemplo), sino natural (la maldad y la bondad es relativa, señores) entonces estaremos a un paso de la perfección. Del super hombre y de una utopía de inmortalidades y salud infinita.

Pero es imposible. Porque la sociedad, la familia y las amistades siempre influyen en la persona individualista. Incluso cuando se encuentre en ese diminuto 2% de la poblacion (genios como su servidor que han descubierto las particularidades estupidas e ilogicas de este mundo post-moderno) sera sencillo precindir de la influencia educativa que lo formó por mucho tiempo. La television, el cine, la publicidad... revistas, periodicos, charlas de café, maestros, alumnos...

Ese bombardeo existe y existira por siempre. Será una herencia inconsciente dejada de generacion en generacion, aunque no lo quiera uno.

Y este cancer hace suponer que todos estamos corrompidos por dentro.

Que triste.

Pero con una buena copa de whisky (ese Dios verdadero, el desinhibidor, el liberador de la etica y la moral) todo suena a Jazz.

And I'm in a Dancing mood.

Salud.

PD: Mando al Diablo a quien me compita lo contrario. Es mi Delirium Tremens, despues de todo.

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