martes, 3 de mayo de 2011

Desde el oriente


Después no se que pasó.

En un instante me encontraba a la mitad de la novela de las tres, en casa de mi novia y saboreandome un jugo de naranja; y al otro la niebla estaba sofocando la carretera entre la caida del sol y un bosque de pinos a nuestro alrededor.

Miré a mi lado y la novia adormilada. Miré a la ventana, y ya no era el campo dorado de unos dias atrás. Era ahora un prado verde, húmedo y macizo; con nubes blancas aterrizando entre los valles.

Una parada obligatoria. Un tentempié y ya se podía saber a donde nos dirigíamos con el viento acalorado y el olor a sal.

¡Y el puerto era una explosión de luces de neón! ¡De bestias inmensas navegando lentamente sobre las aguas!

Y las olas rompiendo en la bahía. Y los faroles dando hacia el corazón de una muralla.

Veracruz. La bocaza de un golfo perdido. Donde la brisa turbaba los cielos y alborotaba el cabello hacía el oriente de una hermosa dama a mi derecha.

¡Que salto al corazón! ¡Que alegría de poder estar ahi, donde siempre me turbaba con pensamientos de soledad, ahora compartiendolo con la mujer que amo!

Cuantos sueños en esas noches donde veia, en algun viaje de tal, hacía el mar entre la pronunciada noche y suspiraba con la idea de tener a la mujer que fuera a amar para siempre a mi lado.

¿Y que importa que no hubiésemos estado solos? ¿Y que importa el chubasco de locas criaturas de otros rincones del mundo exhibiendo paranoias incomodas? ¿Cual calor? ¿Cual gentío?

Si solo estabas tu, el viento meciéndose entre tu cabello y la mano izquierda cogida de la mano derecha.

Entonces dormimos, comimos, cenamos. También reimos, exploramos y hasta jugamos entre las olas cuando nadie mas lo hacía. Eramos niños chiquitos; y era una felicidad en mi interior de jugar con ella con las olas retozando sobre nosotros.

Tal vez para ella la playa no es mas que un sitio de asfixia climatica. Para mi no era mas que un sitio de reflexión y soledad.

Tal vez, solo tal vez, ahora la arena y el mar tengan otro significado para la novia, no lo sé.

Pero desde este lado del oriente, de este lado de mi cama, ahora significa un juego de niños, un vestido rosa empapandose con la risa, y tomarle de la mano sobre el malecón.

Hay algo de bueno en todo esto de soñar en el pasado.

Y es que a veces se puede volver realidad en el presente.

Acá me quedo, con la mueca de sonrisa. Y las vacaciones terminandose para recordarme que hay asuntos que atender antes del final de temporada.

Pero de eso se hablará en otro episodio.

Salud.

2 comentarios:

Gessekai dijo...

Lo haces sonar mejor que lo que yo puse... Y dirás misa, pero los freaks jarochos me dan mucho cuscus.
Un cuscus que me acompañará hasta la tumba

J.P. Medina dijo...

Jajaja bueno, por eso le pregunté si la habia pasado bien conmigo.

Ademas, quizas solo es que era mi sueño, uste debe tener otros C: Gracias por el gran viaje, y por dejarme estar contigo y tomarte de la mano.