lunes, 28 de febrero de 2011

Desayuno continental


Cuando amanece por fin, y el sol incendia el capo de los coches... hay que bajar las persianas.

De ti depende y de mi, que entre los dos siga siendo ayer, Guaba, hoy por la mañana.

Y el desayuno continental es solamente una bolsa de plastico con sustitutos de crema y tortas de la esquina.

¡Maravilla del mundo moderno! Y me gusta. Me gusta cocinar y recaudar lo necesario para una buena mañana. Jugo de naranja, huevos revueltos, pan dulce, torta y besos de limón.

¿Que ha pasado desde entonces? Una gatita consentida. Sonriente y yo vuelvo a tener un alma.

Y que llega un posile nuevo trabajo. Y que muy pronto volveré a salir a buscarme un nuevo agujero. Que las lamparas de mesa, que los cuentos sin terminar, que los dibujos eróticos y el desayuno continental.

Entonces me llegan unas ganas de encerrarme en un hotel y mirar a las estrellas algunas noches en otro mundo. No una cosa de diario, pero recordarme que los hoteles guardan historias míticas, destructivas y esperanzadoras. Un poco de todo. Menos de la bolsa de plastico pero mas de una noche de verano.

Y recordar las llamas del año nuevo. Que apenas empezamos y nos queda mucho camino. Ya vamos llegando a Marzo y las sorpresas se avecinan.

Y la vida que es mia y nuestra a regresado.

Voy a imaginar que continuo el verborreo humano y los dejo un rato para salirse de la espabilada de que he vuelto a actualizar.

Muy raro, pero pronto tendremos sorpresas literarias, moneras y del corazón.

Saludines y buenas noches.

2 comentarios:

Gessekai dijo...

¿era enserio lo del hotel?

J.P. Medina dijo...

Pos... es la idea. Jajaja aunque quien sabe, depende.