jueves, 5 de agosto de 2010

Agosto y dos y media cucharadas de azucar en el café


-Mi dieta de esta semana a sido en general de cereal y frijoles.

-Ja, toda una comida de solteros.

-Eso no es cierto... los solteros comen sopas instantaneas. No, espera, ayer comí eso.

-Soltero.

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Despues de un mes y medio por fin me ido habituando a la vida en este lugar.

Hay una rutina, pero no una que abarque mi tiempo de forma esporadica ni insatisfactoria. Ni lo uno ni lo otro.

Y ya es Agosto.

Una de las cosas a las que no he podido acostumbrarme es a la limpieza general de mi espacio personal y a la alimentacion. Al orden en general.

Ver mi habitación es cuestion de subjetividad. Si bien la novia a tenido paciencia al considerar mi cuarto como un mundo a la intemperie, no deja de darme algo de pena ver los zapatos por todos lados, los envoltorios regados en la barra, las manchas de la taza de café en la mesa, la ropa en todos lados menos en el apropiado y el suelo tapizado por las manchas mas abstractas que pudieran conocerse.

Debo atreverme a decir que me sucumbo demasiado en mis escritos y eso evita que me concentre en otras cosas. Aunque sería una pesima excusa.

Esta noche he avanzado con un proyecto que no es del cuentismo. La novela negra sobre un justiciero callejero y un profesor de criminología avanzada mantienen su idea desde hace tiempo, asi que decidí darle un empujon mas.

A todo esto, mañana será día de poner un poco mas de orden. Tambien en cuestiones alimenticias.

Si bien me ha ayudado mucho el colosal paquete de leche chocolatada y el mole verde que me han regalado, aun necesito algo mas que eso y cereal todos los dias para estar en forma.

Quien diria que ansiaba tanto una fruta que la ciruela que me ha regalado la novia me parecio caramelo de la naturaleza.

Igual que la novia.

A todo esto, no debo olvidar comprar frutas y verduras. Algunas sopas (no instantaneas), pan, leche, huevo y algunas carnes que ya hacen falta para mi hambreado apetito carnivoro.

Por ahora me despido, la bitacora continua y Agosto ya esta aquí.

Y por esta madrugada solo me queda decir que, como siempre, no hay nada mejor que dos cucharadas y media de azucar en el café para levantar los animos literarios.

Salud.

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