sábado, 18 de abril de 2009

Si Jose Alfredo y Frank Sinatra hubieran tocado juntos...


Me gustó volver a ser barman. Aunque fuese por solo una media hora y el trago se halla limitado a vino tinto y blanco (malos, por cierto).

Incluso no me importó tener que haber servido a los estupidos compañeros de la universidad (mas que nada por la facilidad de un barman en saber robar mas tragos para uno mismo que para servir al publico en general) pues fue una sensación de autoridad contra los restos.

Y hay que aceptarlo, el tipo que se encarga de emborrachar a los demas, es el que mas poder tiene en estas situaciones.

Despues de una presentación improvisada en la que se hizo invitación a la VideoFiesta en Corto (donde estan todos los lectores tambien invitados, sera en el bar Lemon Beat, en el cruze de Av. Mexico y Americas a las nueve de la noche. Contaremos con un performance de chicas semidesnudas estilo París, presentacion de cortos independientes de dudoso presupuesto y cervezas a quince pesos para los mas aptos) el proximo punto a seguir fue llegar al Waikiki para nuestro tradicional trago semanal.

Abraham nos esperaba casi inconscientemente (mas que nada a mi, porque suelo ser el que mas se aparece por esos lugares cuando me juego a ser un gato buscando gatita) y entre charla, alcohol y cigarros, decidimos seguir el impulso de terminar el recorrido en casa del Tio.

Fue otra de las convencionales reuniones de la Banda. Una botella vacía al final de la travesía, cajetillas tiradas por el suelo, ceniza en la ropa, rancheras, baladas y rock & roll.

Las tipicas preguntas y discusiones de ese extraordinario 2% del capital humano, realista, logistico.

El gran Circulo Alacrán.

Y así transcurrió la noche hasta que desperté del sueño casi invertebrado, recordando que en casa me espera el amor incondicional de mis trabajos finales de este cuatrimestre.

Salud y carajo.

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