Ya ni pensaba en hacerlo. Todo iba a posponerse a causas de fuerza mayor y no crei que podría estrenar el tanque de gas recien puesto hasta la proxima semana.
Sin embargo, la mejor forma de motivarse para reencontrarse nuevamente con su yo chef gourmet, es ser despertado a las once de la mañana bajo la sorpresa de que si, la cita continua y debes prepararlo todo antes de la una y media.
God damn it.
No fue dificil, y ademas entre todo fue agradable. Volver a sus cuchillos, a sus tablas para picar, al hervor, a las especias, piezas de infinito sabor y hasta a las quemadoras de tercer grado.
Ahora que empezamos a buscar soluciones mas saludables, me vi navegando por internet hasta que encontré algo sencillo, facil y hasta economico. Esto es, mis queridos lectores, un rico pollo griego al limon.
Claro, version Sombre.
--------------------------------------
Pollo griego al limón
(2 porciones)
Ingredientes:
*Unas cuatro piezas de pollo (preferentemente muslo o pierna)
*Medio kilo de limones (O media taza, pues, de jugo de limón)
*Aceite de olivo extra virgen.
*Una cebolla bonita y redonda.
*Pimienta negra molida, sal, tomillo y orégano.
*Arró' para acompañar (o ensalada, o lo que quieran)
--------------------------------------
En el mercado uno puede encontrar muchas cosas que en una cadena comercial jamás encontrarías. A mi me gusta visitar estos primeros, puesto que los ingredientes suelen ser mas frescos (y eso se puede notar con solo verlos, olerlos y hasta tocarlos) y los precios no rebasan el doble como en los supermercados.
Ya le tenia ganas a esta receta desde hace una semana mas o menos, despues de esta busqueda exhaustiva por encontrar guias de esta materia.
No se si fue el sueño interrumpido o la ligera presion de la novia con todo y su regaño de mi pereza matutina, pero el trayecto de mi cama a la cocina lo desconosco por lo menos de esta mañana.
Sin embargo, lo primero que hice al llegar fue cortar los limones y llenar una de las tacitas del café (hasta la mitad) de jugo de limón.
El problema es cuando tienes gatos, porque no importando si le llegaba el complejo de loro pirata, o sencillamente con un hambre de arroz sin cocinar... Agatha fue el mayor obstaculo, sino mas bien el unico, en toda la elaboracion.
Aunque nada que su madre no pudiera controlar con amor incondicional (a diferencia de mi disciplina desorganizada).
Lejos de ello, al terminar el jugo lo mejor era aplicar lo sano a la receta, que fue limpiar el pollo quitandole la grasa sobrante y enjuagandolo bien bajo el chorro de agua. El jugo de limón se colocó en un recipiente hondo y tambien dos cucharitas de oregano medio molido (del seco); una pisca considerable de tomillo seco y de pimiento negro molido, la espolvoreadita de sal y sus dos cucharaditas de aceite de olivo extra virgen.
Se le revuelve asi con mucha ingundia (como al batir el huevo para hacer omelete) y ahi mesmo se ponen las piezas de pollo a remojar. Tambien echarle media cebolla en rebanadas medias finas de esas redondeadas en la mezcla.
Como por unos veinte minutos o mas.
Cuando dije que preferentemente muslos o piernas de pollo es porque la pechuga, aunque muy cotizada, no siento que sea rica para un platillo asi.
Aunque de por si no es de mis favoritos por su carne tan seca (el muslo es mas suave, tierno y jugoso y tiene bastante carne tambien). Aunque a final de cuentas, ustedes pueden usar el que quieran (en la receta decia pechugas, pero que mas da, soy el Sombre).
Mientras se remojaban las piezas de pollo me hice la guarnición (he aqui donde ustedes pueden elegir lo que gusten) que consistió en arroz blanco.
Ya saben, arroz con algo de aceite (yo usé de canola porque soy chingon y sano), freir un poco, echarle caldo de pollo caliente y un poco de cebolla. Listo.
Despues de andar marinando el pollo, dandole sus respectivas vueltas cada rato, calenté la sartén y eché a andar las piernas y muslos (no estas, las otras) siempre dandole vueltas al asunto y echandole mas jugo al cocer.
Chin, se me evaporó todo el caldo en la sarten, y esa es una muestra de lo que no deben hacer.
Esta comida, ya servida y todo, no duró en su proceso mas de una hora y cae bien al estomago. No hay grasas, no hay aceite, ni nada que le haga daño al sistema.
Soy de los que no consideran lo sano como rico, pero aunque fue algo mas acido de lo que esperaba, la combinacion de especias con el limón y la cebolla dió como resultado un platillo sumamente delicioso.
Y eso que solamente me costó menos de 80 pesos.
Seguiremos haciendo felices a los sistemas gastricos.
Hasta la otra, aprovechando que ya hay gas, y que a la novia le gusta la comida que cocino.
Cosa que me hace feliz y me enorgullece.
Voilá. I'm back.