Crónicas de un mundo de grises lloviznas

I don't want to battle from begining to end,
I don't want to cycle or recycle revenge...
I don't want to follow Death and all of his friends... ~

I Crónica

Luis nunca ha sido de los que facilmente puedes robarles una cerveza a su cuenta. Menos siete.

Pero la noche lo pedía a gritos (con todas sus lluvias y los cielos pintados de acuarela gris, casi un capricho para el que no supiera de donde vienen tantas crónicas).

El humo tampoco ayudaba a la idea de quedarnos callados, bebernos solo una cerveza y largarnos como si hubieramos pisado tierra santa. En silencio.

No, el humo nos conversaba, nos hacía levantar la voz y golpearnos al hombro para darnos el turno de hablar de negocios, futuros y vida misma.

Era casi una bestialidad.

Y es que uno como sea, pero afuera empapados y nosotros diciendo y llegando a conclusiones inesperadas (como saber que en lo unico que se parecen todas las mujeres... es que todas son distintas dimensiones, mundos inexplorados de valientes bien preparados).

Lo sabemos, sabemos que es díficil inventarse nuevos mundos y tratar de reemplazarlos con este (porque a la larga eso va a pasar, este mundo está condenado a extinguirse al hecho de otros mundos inventados, aunque sea mirando a un solo par de ojos y ver lo perdidos que se encuentran dentro de este) pero las habladurías son para eso, para entender lógicamente en que carajos estamos metidos.

Luis lo ha dicho: "El hombre tiene miedo de realmente querer como una mujer quiere que la quieran porque sabemos que esta premeditado el juicio de los estandares sociales".

Como un ejemplo.

¿Y que pasa entonces cuando uno ve llover y solo quedan dos cervezas mas en la cubeta fría? Robarse otro cigarro de aquella mesa que han dejado abandonada y seguir discutiendo la mortalidad del hombre, la mujer, de la sociedad y ver como es que nos salva tanto desorden emocional.

Como nos hace mejores personas.

Pero seguimos con ese monstruo dentro de nosotros. Dormido, un poco más.

Y siempre temiendo que de repente nos devore las entrañas y no deje cadaver alguno de lo que fuimos.

Porque lo que nos salva también puede ser carnada para el gran blanco.

Ack.


II Crónica

Caminar por caminar, repite un viejo blues de los noventa. Lo repite incorporado al ritmo de cada paso que doy al viajar al centro de esta metrópolis de lata.

Y me gusta, porque no. Me encanta ir hasta allá porque hay de donde escojer para estudiar al hombre y seguirlo estudiando humeando algo de brisa y tabaco.

Ahora llovía, brizeaba, nada mas.

Uno debía cuidarse de los charcos porque son lagunas inquietas que con el menor de los roces extranjeros saltaban enojados a ver a quien carajos llevarse a las profundidades.

Pero uno: sumergido en lo que piensa.

Me hace falta concentrarme mas en los puros y en los saxofones (ack, otro gusto todavía incompleto. Eso de mirar esas piezas magnificas de música y no poder besarles la boquilla a soplos y resoplos le sofoca a uno el pancreas). Me hace falta porque todo el dia es pensar en los libros, en la literatura, en los planes, en los bailes, en los perfumes, que el aroma, que una botella el sabado en la noche. Llamarle a Abraham, decirle que estamos perdiendo el tiempo, ¿Donde estas para tomarnos algo, muchacho?, que no, que el sabado que creamos ser la mano en la copa, sino la copa en la mano. Ack, carajo, al diablo.

Y llueve. Vamos, ya lo había dicho. Llueve y el tipo aquel no quiere venderme un cigarro sin mostrarle algo de modestia de mi parte.

Idiota, ¿Que no sabe que esta perdiendose y ya nos vamos del siglo XXI?

Todo lo veo un poco mas empapado. Y es que estoy seco, pero los ojos con peceras enmarcadas.

Otro cigarro, vamos, hay que seguir pensando en todo lo que hay que hacer y lo que sigue. Hay que pensar en el "They're still together" cuando no entiendes que mierda significa.

Será cuestión de buscarle en otro idioma. Hagamos el esfuerzo.

Ya, a regresar que estoy delirando. A dormir un rato en esa chatarra.

Y malditos sean los que restan.

Salud.